Ajuste de cuentas

En 15 días, perdí 15 grados. Luna y yo tuvimos tiempo para acostumbrarnos. Así viajaba la gente hace poco tiempo, en un otro mundo: poco a poco.

El resultado: 1250 Km., 15 grados y 15 días entre Murcia y yo. Así que, será, creo, tiempo para deciros unas palabras sobre la ciudad y la gente de la que tuve que despedirme allí.

De hecho, en Murcia, tuve la oportunidad de encontrarme con un grupo de personas de las que no dejaré de hablar tan rápidamente. No se encuentra tan buena suerte detrás de todas las esquinas de todas las calles de todas las ciudades de todos los países.

Así que, aunque huela a despedida, este artículo tendrá como objetivo abierto el agradecer y no agradecer a todos y todas. No os preocupéis, haré justicia a cada uno según su mérito.

En primer lugar, agradezco a:

_ Los coches de Murcia por su solidaridad hacia los peatones y las bicis: nunca los dejan experimentar un sentimiento de soledad o de distanciamiento (a pesar de la evidente inferioridad de dichos peatones y bicis). Muchos coches eran cariñosos hasta acariciar tiernamente nuestras pantorrillas desnudas. ¡Gracias otra vez, seguid así!

_ Unos ladrones que se cruzaron conmigo esta primavera, con cara descubierta o no, y me ofrecieron la oportunidad de vivir experiencias totalmente nuevas. Tíos, vuestra cobardía, malquerencia y deshonestidad fueron unos hermosos regalos que me llegaron hasta el corazón. Los guardaré siempre en la memoria, y espero con toda mi alma no cruzarme más en vuestro camino, ni mañana ni el día siguiente. ¡Gracias a vosotros!

_ El calor, que por amor a la humanidad no quiso irse una vez llegado. Cada día era más presente, más atento con nosotros, acompañando cada paso, cada respiración, cada tema de conversación. Otro amigo que no deja a nadie y acaricia con cariño a todos, y con aún más ternura a los más humildes. El calor es de todos.

En segundo lugar, no agradezco a:

_ Carmen y Julián, mis couchsurfers y amigos desde el primer día. Hasta el ultimo día SIEMPRE estaban ahí, contestando con amabilidad a cada llamada, incluso las más desesperadas, llamándome a menudo para proponerme conciertos chulos y gratis, paseos al monte o al mar, exposiciones de fotografía, fiestas con sus amigos, siempre los mismos amigos divertidos, cultos, benevolentes, con sonrisa, un vaso de vino bueno en una mano y un plato de queso a la plancha en la otra ... ¡¡Que pesados!!

_ Eve, mi compañera de piso e incluso amiga, llegando a menudo a casa con objetos de la calle, azulejos de todos los colores, ideas chulas, bailes hermosos, bromas divertidas, imitaciones con las que todos nos moríamos de risa, a veces comida de su trabajo que no quería comerse ella sola, y entonces nos imponía comer para no herirla... ¡¡¡Que vida horrible fue vivir con ella!!! Y no os cuento lo peor: un día, como quería hacer otro espejo de azulejos, no encontró otra barbaridad que emplearme para trabajar con ella, ¡¡en plan esclavo explotado!!! ¡¡En serio!! ¡¡¡Yo nunca había sido tratada de tal manera!!! Eso, no lo voy a olvidar pronto, nena...

_ Ángel, mi compañero de piso e incluso amigo, con su humor permanente. ¡¡De la mañana hasta la noche sin descansar!! Siempre una broma o una sonrisa lista, fuera cual fuera la situación. Agotador. ¡¡Y hay más!! ¡¡¡Siempre disponible para ayudarme, se lo pida O NO!! ¿Se puede imaginar persona más pesada? A cualquier hora, listo para charlar, rehacer el mundo, enseñarme sus pelis preferidas, explicarme porque y como son sus pelis preferidas... Y el colmo: siempre intentando entender todo, no dejar nada a la casualidad, vivir cada minuto con pasión y compartirlo con los demás. Eso no te lo llevarás al cielo, ¡acho! Tampoco me pienso olvidar de...

_ Juan y Maria Luisa, mi alumno de francés y su esposa, gente culta, abierta, curiosa de conocer todo lo que todavía no saben, fieles a la filosofía humanista de los espíritus más elevados de la cultura europea, atentos a mis más menores necesidades con la mayor discreción... Exactamente este tipo de personas que os dan la impresión que podéis contar con ellas en cualquier situación, y que mientras se preocupan por uno, no te puede ocurrir nada, y que, ¡encima de todo, actúan en consecuencia! ¡En serio! Además de darme la oportunidad de practicar mi profesión, además de enseñarme mucho sobre España, Historia, Derecho, Filosofía ... me hicieron sentir bienvenida en su entorno. Personalmente, ¡no hay ninguna excusa por todo eso!

_ Los numerosos amigos de amigos, personas interesantes, acogedoras, dispuestas a enseñarme lo que no sabía de su cultura, a contestar con paciencia mis preguntas tontas sobre temas en los que mostraba yo mi absoluta ignorancia...

_ Las señoras de Tráfico de Murcia, que esperaron con angustia conmigo hasta el ultimo minuto para confeccionarme un carné de conducir rosa y oficial. ¡En el último minuto!

Como podéis ver, me encontré con la peor muestra de humanidad que se pueda imaginar durante estos seis meses en Murcia, y eso merecía un homenaje a la altura del perjuicio ¿no?

Y mientras estamos con este tema: todos sois bienvenidos y esperados en mi casa cuando queráis, y donde sea.