jeudi 5 novembre 2009

Astillas



Luna y yo nos reímos mucho en el piso.

Quizas yo más que ella. Si yo bromeo, o hago algo un poco extraodinario, ella se queda de piedra y me mira con piedad. Es más divertida que yo. Hace bromas, y aún no tiene la sombra de una sonrisa, mientras yo estallo ruidosamente en carcajadas. ¡Que profesional es esta gata!

Con el verano murió hace dos meses este periodo encantador de Carnaval moderno que da a cada uno la posibilidad de disfrazarse de lo que no es durante el resto del año. Permite a los razonables adoptar el papel de los aventureros. Los virtuosos se vuelven atrevidos, mientras Don Juan lleva la cesta de su abuelica en el mercado. Los pobres beben champán en la terraza de un restaurante con vista al mar, y los ricos viven en tiendas, se duchan juntos con agua fria, y se pasan el dia andando con una mochilla pesada... Proxima oportunidad: el 30 de junio de 2010... ¿ De qué os disfrazareis?

Cuando uno viaja solo, la cámara de fotos le permite no viajar solo. Me explico: ¿para qué tomar una fotografia de esta chula pero ordinaria iglesia? Porque tiene un aire a la iglesia de la que hablé hace poco con mi abuela. ¿Para qué tomar una fotografía de este pastel con forma de rana, y que parece todo salvo sabroso? Porque conozco a alguien que se reirá mucho con eso. ¿Capito? Cada vez que tomo una foto, invito a alguien a juntarse conmigo. Mientras más fotos tomo, menos sola estoy. Por eso inventan tarjetas de memoria cada vez màs grandes. ¿Qué triste? A ver, ¿creéis que más vale quedarse solo en su propio piso?

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